Corazón y cerebro, dos partes de un todo, que, a
veces luchan entre sí sin ponerse de acuerdo. El corazón es el que nos impulsa
a decir lo que sentimos de verdad y el cerebro el que nos frena de decirlo. A
veces uno de los dos gana la batalla y otras veces lo gana el otro, pero hay
otras veces, sin embargo, en las que el cerebro no puede luchar contra el
corazón porque nos hace sentir cosas que ni siquiera sabíamos que sentíamos.
Si quieres a
alguien por su belleza, no es amor, es deseo. Si quieres a alguien por si
inteligencia, no es amor es admiración. Si quieres a alguien porque es rico, no
es amor es interés. Si quieres a alguien y no sabes por qué… eso es amor.